-Pruebas rápidas: su tiempo de ejecución es de 20 minutos o menos, no necesitan
equipamiento (pueden realizarse fuera del laboratorio) y tienen incorporados
sistemas de control de calidad interno. En general, tienen una sensibilidad
comparable con las pruebas de ELISA, pero su especificidad suele ser
menor.
-ELISA: Se caracterizan por una alta sensibilidad,
cercana al 100%, y una buena especificidad (99,5%). La especificidad
depende de la calidad del antígeno que contiene la prueba, que es el componente
que define su generación; hoy sólo son aceptables los ELISA de tercera y cuarta generación.
-Antigenemia p24: Es una prueba altamente
específica pero su sensibilidad no es óptima, presentando falsos negativos;
limitándose su uso al diagnóstico precoz durante el periodo de ventana, cuando
hay signos clínicos de primoinfección o presunción de exposición.
-Quimioluminiscencia: Es un método automatizado basado
en el principio de emisión luminosa a través de una reacción enzima-sustrato;
es más sensible que los ELISA, por eso un resultado no reactivo es más
confiable, y es muy específico.
PRUEBAS CONFIRMATORIAS:
-Inmunofluorescencia indirecta: Su positividad
constituye diagnóstico definitivo de la infección por el VIH y la negatividad,
en general, también es definitiva de no infección, excepto cuando existe
evidencia de exposición reciente y reiterada, en tales circunstancias se
recomienda repetir el ensayo luego de tres y seis meses respectivamente.
-Western Blot: Es una prueba altamente
especifica pero por su alto costo se emplea básicamente para corroborar
los resultados indeterminados de la IFI. El resultado positivo confirma
definitivamente la infección por el VIH; el negativo la descarta, excepto
cuando existe evidencia de exposición reciente y reiterada a esta infección. En
tales circunstancias se debe repetir el ensayo luego de tres y seis meses
respectivamente.
BIBLIOGRAFÍA:
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